La dificultad del Real Valladolid en el mercado de invierno

El club no puede entrar en ninguna puja ni regateo en los jugadores que interesan a más equipos. Por ello primero deben de producirse la salida de futbolistas para aligerar la masa salarial del club. 

El Real Valladolid comienza a sentir lo que preveía hace un par de semanas, cuando el motor del mercado invernal de fichajes se puso poco a poco en marcha. No es otra cosa que la sensación de debilidad, por su limitación financiera, a la hora de optar a contratar a determinados jugadores que han salido o van a ofertarse en el escaparate de enero. El equipo pucelano se ha ido posicionando en su interés por varios futbolistas de equipos de Primera División que, por una u otra causa, van a cambiar de club en los próximos 35 días. Pero, enseguida, la cola de interesados se ha hecho grande, como suele ser habitual en todos los mercados, por las pocas piezas apetecibles que asoman en esta ventana de mitad de temporada y la confluencia de necesidades que se da siempre entre varios clubes de Segunda, que terminan enamorándose de los mismos objetivos.

Hasta la fecha, el tope salarial del Real Valladolid está en su techo máximo y salvo que salgan futbolistas no podrá fichar. Todo hace indicar que en las próximas horas Luismi saldrá del Real Valladolid y dejará 50.000 euros de salario para poder fichar, cantidad que se antoja escasa, por lo que deberán de salir más futbolistas del club. Drazic e Iban Salvador también podrían salir para que se puedan cerrar otros fichajes. Hasta la fecha, los futbolistas pretendidos se antojan imposibles si no empiezan a producirse las salidas del club pucelano. Estos jugadores que suenan por los que ahora no se puede competir son: Borja Valle, Rubén Sobrino, Nahuel Leiva, Alex Alegría y José Naranjo.



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